lunes, 28 de enero de 2013

Caracas a Lápiz #86: Por la soberanía


La alerta que hemos hecho sobre el laberinto en que se encuentra Venezuela sigue encendida. Mientras las instituciones nacionales apenas pueden sostener una fachada de legitimidad unas e independencia otras, el país está pronto a enfrentarse a nuevas situaciones económicas, sociales y políticas que agudizarán la crisis y, por tanto, la necesidad de que la sociedad asuma la responsabilidad de tomar el control y marchar fuera del laberinto.

En un documento que hemos presentado desde el partido Proyecto Venezuela se plasma muy bien lo que también hemos venido alertando desde la Fundación Arturo Uslar Pietri: el país marcha a la deriva, en una situación inédita en América y el mundo, al no haberse producido el relevo de mando contemplado en nuestra Constitución. Quienes dirigen al país lo hacen sin haber sido legitimadas por la voluntad popular, y además ejecutan sus acciones luego de consultas e instrucciones expresas recibidas en el extranjero, interesados en su bienestar y prolongación de poder personal.

La alianza política entre los gobiernos de Venezuela y de Cuba supera ya una década de haberse iniciado. Pero esas relaciones binacionales se han transformado, por la fuerza de la irresponsabilidad y la antipatria, en subordinación de una nación, Venezuela, a la voluntad de la otra, Cuba, lo que hoy -en medio de la ausencia del Presidente- se ha hecho más que evidente.
Llevamos 49 días que el presidente electo, Hugo Chávez Frías, no ha dado señales ciertas de su estado de salud y sólo anuncios inciertos procedentes de funcionarios de su gobierno, quienes tienen la desfachatez de llamar “información cierta, oportuna y veraz” a meras retóricas, como la de remontar una cuesta.

Pero además, el jefe de la Casa Militar, a quien corresponde velar por la seguridad del primer mandatario, señaló recientemente que no ha visto al Presidente desde el 25 de diciembre, vale decir, dieciséis días antes de la fecha en la que, según la Ley, fenecía su mandato. Ese intercambio ya data de hace más de un mes.

La historia de Venezuela no recoge un acontecimiento similar desde que el Coronel Carlos Delgado Chalbaud, entonces Presidente de la Junta de Gobierno, fuese asesinado en noviembre de 1950. Es, en efecto, la primera vez que la Fuerza Armada venezolana no tiene control alguno sobre la integridad física del Presidente. Ese control lo ejercen las autoridades de otro país, las autoridades cubanas.

Luego de 15 años de gobierno ineficiente, de problemas agudizados, de populismo exacerbado, y de generar “soluciones” con medidas que terminan causando nuevos problemas, nuevamente nos encontramos en una encrucijada crucial. Dos rutas, solo dos, se han abierto para el devenir venezolano. O bien continuar el viaje sin retorno que se ha emprendido hacia la dependencia colonial de un pequeño y empobrecido imperio caribeño, o trazarnos unidos, con decisión y madurez, un rumbo que nos permita regresar a una Venezuela independiente, capaz de abrirse paso, con sus propios medios y sus propios méritos, hacia un futuro promisor.

El llamado que hicimos desde Proyecto Venezuela es a que los venezolanos nos unamos en defensa de la independencia patria. A unirnos todos en torno a nuestra inviolable soberanía. El llamado es también a nuestra Fuerza Armada, garante de la soberanía del país y del respeto al orden constitucional.

Si hace doscientos años nos convertimos en cuna de la libertad de la América, hoy nos corresponde, con igual arrojo y entereza, unirnos al margen de toda parcialidad política, para hacer frente juntos a la grave amenaza que nos subordina, para poder doblegarla y convertir de nuevo a nuestra patria en faro luminoso de la libertad de América.

Ya basta de vagos comunicados. Ya basta de jugar con los tiempos, buscando apuntalar opciones electorales. El país tiene que enrumbarse hacia la consolidación de sus instituciones, superando la casta de suplentes ineficientes que nos gobierna para que sea la voluntad popular, soberana, la que marque el rumbo del país  fuera del abismo, y fuera del laberinto.

@aecarri
@alianzadellapiz

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