lunes, 15 de octubre de 2012

Caracas a Lápiz # 75: El reto: Una vía popular


Terminó la campaña y tenemos un resultado. Hay motivos de sobra para trabajar más duro. El país no se acabó hace una semana, continúa en medio de una profunda crisis social y de violencia. Parafraseando a Churchill, el trabajo debe estar centrado en la próxima generación y no sólo en la próxima elección.

Sin embargo, pensando en esa generación futura, no podemos rendirnos ni entregar espacios de la descentralización ya conquistados. Desde ya tenemos que activarnos para las próximas elecciones, las de gobernadores del 16 de diciembre. El guayabo y la resaca deben dar paso a la fortaleza, a defender nuestras convicciones. El que se sienta indignado, que se active para votar. El que se sienta golpeado, que se sacuda y se active para votar.

Los retos nuestros siguen allí, pero no solo los electorales. Estamos llamados a construir una nueva mayoría, no desde fórmulas excluyentes, sino a partir de un profundo consenso político con la atención puesta en los sectores populares, con los barrios, con las veredas, con los caseríos y con los bloques, con ideas claras con una profunda sensibilidad social. En Caracas el ejemplo está muy claro, cuando desde la convicción se avanza y cuando desde la artificialidad se retrocede.

Hoy seguimos trabajando más fuerte que antes. Si bien la mayoría de los electores decidió una opción, nosotros también decidimos seguir dándole voz a ese pueblo que sabe que estando quien sea en Miraflores necesita levantar las banderas de la responsabilidad pública, de la solución a los problemas concretos sin respuesta, de que los huecos en El Junquito deben ser tapados, el agua que llega a Caricuao debe ser limpia y la violencia en Guarataro debe ser disminuida. Estaremos trabajando, junto a los vecinos en su día a día, por quienes esperan soluciones que se van articulando como respuestas sociales ante las adversidades de la gente.

Son dos frentes de lucha que se complementan. El social y el político. Por un lado, acompañar a la comunidad, sentir sus carencias, definir sus luchas, sumarse a su esfuerzo. Y por otro, motivar una identificación que haga que nuestra lucha por sus reivindicaciones, que son las de todos, también se traduzca en un acompañamiento político a nuestra opción de cambio, de educación, de seguridad, de desarrollo pleno. Es lograr la simbiosis perfecta que supere cualquier enamoramiento que exista hacia los que hoy gobiernan. Corazón sin solución dura poco, amor con hambre y a trancazos no dura.

Allí está la clave: estar en la comunidad. Nada de imposiciones, ni zancadillas, ni liderazgos artificiales impuestos. La gente necesita respuestas sinceras, y hay que estar allí para dárselas. Solo así construiremos esa nueva mayoría, de abajo hacia arriba, desde los más desposeídos, desde los más afectados por la violencia, por la falta de servicios públicos, por la miseria. Desde esos sectores populares más golpeados es que puede nacer una nueva mayoría, porque desde allí donde se padecen los problemas es que se pueden articular las soluciones. No hay fórmulas, no hay recetas. Lo que hay es trabajo duro, conexión con la gente y alianzas sociales.

No se puede obtener resultados distintos si las acciones son las mismas. Reflexionar sobre la campaña es darse cuenta de lo bueno que se hizo y de los puntos que quedaron pendientes. La democracia es debate.  La votación obtenida por la tarjeta MUD Unidad es una lección: la unidad es plural; quien quiera ponerla de un solo color estará en el camino equivocado. Estamos llamados a consolidar un amplio consenso, la unidad superior, de abajo hacia arriba, con nuestros jovenes pero tambien con la experiencia política clave para superar las crisis. Nos necesitamos todos.

Debemos continuar articulando un mensaje y una acción que le hable a esos sectores a los que poco se le habla. En Caracas lo hemos estado haciendo. Aquí no hay elecciones a gobernador, pero el compromiso de crear una nueva opción política, una nueva mayoría y un espacio para las soluciones sociales sabemos que va más allá de unas elecciones. La capital sigue siendo un foco de atención primaria. Debemos entenderla, conocerla, trabajarla y conquistarla para que más nunca quede en manos de los irresponsables, de los vendedores de espejitos, de quienes corrompen y usurpan la confianza del pueblo. Hagámoslo, pero hagámoslo bien. Es hora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario