lunes, 27 de agosto de 2012

Caracas a Lápiz #69: El Camino viable y seguro: la Educación


Un país petrolero no puede ser un ejemplo de cómo hasta las refinerías se caen y vuelan a pedazos














Estamos en una cruzada educadora. El objetivo lo tenemos claro y hacia él vamos avanzando: lograr una Caracas y una Venezuela sigada por la educación, por la formación, como la gran solución. Sólo con educación podremos ponerle fin a la inseguridad y a la violencia, al irrespeto del otro, a la ineficiencia administrativa, al desarraigo por lo nuestro y al poco impulso para hacer del país un territorio grande y próspero. Las metas están claras.

Es una propuesta concreta frente a quienes hoy irresponsablemente controlan al Estado. Lo dijo Uslar Pietri a tiempo: el proyecto de Chávez es inviable. Ahora hay que agregarle que no sólo no logró sus objetivos, sino que se llevó por delante al país en su intento. Lo único viable para una sociedad destrozada, es la educación.

Los que fracasaron ahora hablan de denuncias de planes violentos, de agendas ocultas, de desestabilización. ¿Quién fomenta la violencia? También está claro: quienes fracasaron en su proyecto político, quienes no se ocupan de tener un sistema educativo de primera línea, quienes no se ocupan de que las escuelas se conviertan en el eje central de la organización social, quienes no se ocupan de integrar a la comunidad con su escuela y brindar nuevas y mejores formas de educación, quienes dejan por fuera a más de 4 millones de niños y jóvenes expulsados de un sistema escolar desfasado, que no mira al futuro ni es capaz de brindar respuestas en el presente.

Mantener la precariedad de las escuelas, mantener el abismo entre primaria y secundaria porque no hay suficientes liceos, mantener a niños fuera de las aulas porque hacen falta más de 5 mil nuevas escuelas, eso sí es fomentar la violencia. Algunos creen que el asunto es  no hacer “llamados violentos”, cuando el cinismo les cubre su propia acción que afecta directamente a los más jóvenes y, claro, a los más pobres, a quienes su única manera de formarse es a través del sistema de educación pública, aunque sea deficiente.

Una madre de un barrio sabe que su niño necesita ir a la escuela. Ese es el camino. No le hace falta más que las ganas de ver crecer bien a su hijo para saber que la educación no solo lo puede proteger del hampa, de la inseguridad, de las bandas delictivas y de la cárcel, sino darle las herramientas para que haya movilidad social hacia arriba, para que su futuro sea mejor que su presente. El que puede incluso se sacrifica para pagar un colegio privado, a sabiendas que el Estado no le garantizó lo que la Constitución le otorga: el derecho a una educación pública, gratuita, eficiente.

Porque un niño que no va a la escuela, o uno que va a una escuela chimba administrada por los inviables que nos llevaron a este fracaso, es víctima de la violencia gubernamental, de la violencia burócrata de quienes controlan las instituciones, se llenan los bolsillos, se llenan la boca de discursos huecos, mientras el pueblo sigue en el abismo, en la caverna.

Nuestra llamado sí es a la paz, pero para construirla hace falta educación. Para que haya progreso hace falta educación. Para que haya futuro hace falta educación. Por eso ratificamos nuestro compromiso con lograr hacer de Caracas una ciudad educadora como tantas veces la hemos expuesto, y estamos convencidos que el cambio que viene en el país en apenas semanas va a abrir la puerta a hacer de Venezuela también un territorio todo educador. Por eso hay que activarse, participar y votar.

Amuay

La lamentable explosión ocurrida en la refinería de Amuay debe servir como un alerta de cómo trabaja nuestra industria petrolera. Los trabajadores tienen toda nuestra solidaridad. La familia de los fallecidos nuestra condolencia. Los heridos nuestros deseos de recuperación, así como todos los afectados por la nube de humo y partículas. Hemos activado toldos en varias parroquias para recolectar insumos y enviarlos a las victimas y a sus familias.

Pero en Pdvsa hay que destapar las cosas. Cifras de organizaciones laborales señalan que 56 trabajadores han fallecido en accidentes desde 2007 hasta febrero de 2012, de los cuales 28 eran del sector de hidrocarburos. Mientras el sector eléctrico registra al año 500 accidentes, la industria petrolera alcanzó esa cantidad desde 2005, pero en siniestros con lesiones que causaron discapacidad parcial o total a los afectados.

En Pdvsa pareciera no aplicarse la Lopcymat, Ley Orgánica de Prevención, Seguridad y Medio Ambiente del Trabajo. ¿Dónde está el Inpsasel, Instituto Nacional de Prevención y Seguridad Laboral? En junio hubo una explosión en un pozo de Casigua-El Cubo con cuatro trabajadores heridos de gravedad con quemaduras de hasta 90% de su cuerpo.

Desde aquí pedimos que se tomen los correctivos necesarios. Un país petrolero no puede ser un ejemplo de cómo hasta las refinerías se caen y vuelan a pedazos, ni hablar de que no hay una unidad de quemados de primera línea. Ya basta.

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