El gobierno lleva apenas dos
meses instalado, que no sólido, y ya anda castigando al pueblo. Nadie se
explica cómo la renta millonaria del petróleo desaparece, generando una escasez
de dólares y, por consiguiente, de productos importados en nuestra maltrecha
economía de puertos. Es simple, la corrupción y la ineficiencia del gobierno
hizo que se botaran los ingresos por encima de los 100 mil millones anuales que
recibe el país, y ahora eso lo quieren tapar coartando las libertades de los
venezolanos.
Por eso el chip de
racionamiento que están implementando en Zulia para la compra de alimentos es
una versión 2.0 de la tarjeta de racionamiento cubana. Es la misma receta del
gobierno cubano que de manera inconstitucional pretenden aplicar. Si esta
medida se extiende al resto del país, nos preguntamos ¿Cómo van a hacer para
implementarlo en Catia? Esto atenta contra la libertad y que puede generar más
violencia en el país.
En las comunidades más pobres
de Caracas se pasa hambre y ya bastante escasez hay, porque no se encuentran
los productos y porque cuando hay no se tiene suficiente en los bolsillos para
pagarlos. Pero en vez de tener un gobierno encargado de surtir más, de abrir
las oportunidades al consumo estable de la familia, de esos productos básicos,
para la alimentación de los más pequeños y de sus padres, de los comedores
escolares, y demás, tenemos a uno que comienza a ensayar cómo controlar también
la compra de comida, como si no tuvieran su mano, o la bota, ya puesta en casi
todos los sectores de la vida nacional.
Por eso la lucha debe ser
constante y más fuerte, con las comunidades. Tenemos que organizar una Alianza
Nacional contra el Racionamiento para hacerle frente a esta macabra práctica
que llevó al pueblo cubano a la miseria y que no se puede permitir en pleno
siglo XXI.
@aecarri
@alianzadellapiz
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