Terminó la Semana Santa y la ciudad retoma su ritmo
habitual. Durante la semana mayor pedimos reflexión, optimismo y esperanza. Son
tres palabras con las que se puede disfrutar y a la vez repensar la
transformación que urge en nuestra Caracas. Estamos apenas a meses de lograr el
cambio que necesita el país y la renovación que hace falta. Por eso no debemos
perder la oportunidad de disfrutar, descansar y orar con la mirada siempre
puesta en ese futuro que ya está cerca.
La semana pasada, mientras acompañamos a la feligresía de
las zonas populares como La Vega, Antímano, el 23 de Enero y Coche, en sus
actividades religiosas, ente tantas comunidades con las que compartimos ese
repeto y esa pasión cristiana, dijimos que así como Cristo es símbolo de
esperanza, también lo es el Lápiz de la educación. Es el símbolo de la única
herramienta capaz de derrotar al revolver de la violencia. Con el Lápiz de la
educación estamos escribiendo una nueva historia que sellaremos con votos el
próximo 7 de octubre con el triunfo de la Unidad. Con educación podemos lograr
una ciudad tranquila y paz en todos nuestros sectores populares.
Ahora que se retoma el ritmo ciudadano, pedimos que esa
reflexión no quede solo en los días santos. Lleve con usted ese pensamiento de
tranquilidad, de paz, de esperanza y de convivencia cada día, para que juntos
hagamos de la ciudad una Caracas para vivirla, para disfrutarla, para sentirla.
Sí, hay muhca inseguridad y violencia, mucha suciedad y basura, mucha
negligencia y abandono por parte de las autoridades irresponsables que
gobiernan. Todo eso es cierto, pero no debe desenfocarnos de nuestra meta:
transformar a Caracas de la ciudad violenta a la ciudad educadora.
Ese es el objetivo mayor, recuperar nuestro espacio
ciudadano, hacer de nuestros barrios un lugar para vivir y progresar, crecer,
mejorar. Es posible hacerlo con la educación, con la formación para el trabajo,
con el conocimiento. Pero también debemos comenzar a poner poco a poco los
cimientos de esa transformación, y es lo que hacemos cada uno de nosotros
actuando responsablemente como ciudadanos de Caracas, como elementos del tejido
social necesario para hacer de la capital un espacio vivible y disfrutable.
Ahora que recomienzan las actividades normales, llamamos de
nuevo a seguir construyendo esa esperanza, seguros de que las puertas para la
transformación están cerca de ser abiertas con el voto popular.
Educación es
Solución, lo sabemos en Caracas, en los sectores populares, en cada barrio, en
cada vereda, donde el mensaje es claro y fuerte: queremos una mejor Caracas,
una Caracas tranquila, una Caracas segura, una Caracas limpia, una Caracas
educadora.
Así que sigamos activados, esparciendo el mensaje,
llevándolo casa por casa, apartamento por apartamento, que no quede nadie sin
escuchar el llamado del Lápiz, con el que estamos escribiendo una nueva
historia en la capital para dar el triunfo nacional a la Unidad, a la
renovación a una nueva mayoría que ya consolidamos en Caracas y que debemos
impulsar en todo el país. Regresamos al trabajo, regresamos a la cotidianidad,
con la esperanza en alto, con el impulso y la energía de la semana mayor.
Aprovecho para saludar la labor del Cardenal Jorge Urosa al
frente de las festividades religiosas y también felicitar el nombramiento hecho
por su Santidad el Papa Benedicto XVI de Monseñor Tulio Ramírez Padilla como
nuevo Arzobispo Auxiliar para Caracas. Estoy seguro que Monseñor Ramírez hará
un trabajo excepcional, como caraqueño que es, para hacer de la capital una
ciudad con paz, tranquilidad y convivencia.
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