La educación venezolana está amenazada. La Resolución 058
del Ministerio de Educación que establece la conformación de los consejos
educativos pone al sistema educativo venezolano
en franco retroceso. Todos los factores que intervienen en la educación
debemos rechazar con fuerza la inclusión de factores políticos en las escuelas
del país. Las escuelas deben ser espacios para la formación del niño, no para
la politiquería.
No hablamos, claro, de negarse a los cambios. De defender
estructuras agotadas. Nada más lejos de nuestra posición y nuestra lucha de
tantos años. Nosotros hemos defendido al educación como la puerta a un país que
avance. Hemos abogado por modernizar la educación venezolana, sacarla de los
confines del pupitre y la pizarra y actualizarla, no solo con tecnología, sino
con una visión integral e integradora, de formación permanente y de empuje
social.
Pero lo que plantea el gobierno nacional con esta resolución
es otra cosa. La conformación de los consejos educativos significan la
inclusión de movimientos y colectivos sociales cercanos a la escuela para
participar en el desarrollo de políticas pedagógicas y funcionamiento de dichos establecimientos.
Pero cuando revisamos a detalle cuáles son tales movimiento sociales, nos damos
cuenta que son grupos claramente identificados con el partido de gobierno.
Estamos completamente de acuerdo en sentar en una mesa a todos los implicados
en el proceso educativo, pero la educación de nuestros chamos no puede quedar
en manos de personas inexpertas y mucho menos que tienen claras tendencias
políticas.
Desde el propio ministerio se ha admitido que los colectivos
violentos pudieran formar parte de los consejos educativos. Es más, la
ambigüedad es tan marcada que en aquellos ligares donde no haya un consejo
comunal registrado, el ministerio permitiría que cualquier grupo social
organizado, cualquiera, se incorpore a la mesa de decisiones sobre cómo
funciona la escuela y la educación de los chamos.
Y lo que es aún más grave. La resolución entró en vigencia
sin que el propio ministerio sepa cómo aplicarla. En los foros que ha habido
con representantes de ese despacho para aclarar puntos con organizaciones de
maestros, padres y representantes, por ejemplo la que fue el viernes pasado en
la UCAB, los enviados ministeriales simplemente no sabían cómo responder a
tantas preguntas. Es decir, la norma promulgada tiene un montón de huecos en su
aplicación. Y cuando una ley tiene tantos huecos su peligrosidad aumenta, porque
la discrecionalidad se impone y el abuso de poder no se milita.
Una resolución que no tenga atados todos los cabos, y que
además deje cosas a la interpretación del ministerio es la puerta para que se
cometan abusos y arbitrariedades. Bajo qué norma se podrá denunciar que pasaron
por encima de la ley si la ley no pone límites porque no se explica bien en su
contenido. No es casual, claro. Aquí nada es casual. Por eso debemos levantar
la voz fuerte y clara en rechazo a esto. En nuestras escuelas debemos activar
discusiones, evaluaciones y reuniones de todos quienes en verdad tenemos que
ver con la educación de nuestros niños para hacer un dique de contención ante
las aspiraciones intervencionistas de un gobierno que cree que una elección es
un cheque en blanco para instalar el Estado comunal. No lo permitamos.
Además, los consejos educativos heredan los mismos vicios de
funcionamiento que padecen los consejos comunales. Al igual que aquéllos con el
Ministerio de la Comunas, los consejos educativos no serán aprobados hasta que
el Ministerio de Educación compruebe la identidad política de cada uno de los
movimientos sociales de la comunidad. El Ministerio de las Comunas tiene un
filtro y se puede ver claramente en su página web, para ellos los movimientos sociales
son el Frente Francisco de Miranda, las unidades de batalla electoral, los
colectivos sociales. Esto a nivel vecinal es muy grave, pero en la escuela
sería una aberración, una situación que debemos de rechazar con toda fuerza.
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