El país está activado por un cambio. Muchos dirán que
Venezuela está esperando ese cambio, pero creemos que no solo está a la espera
pasiva, sino activada en esa construcción de un nuevo camino, de una nueva
opción. El tiempo de la esperanza ya pasó, ahora estamos en el tiempo de la
acción, de la ejecución de un sueño para lograr el objetivo de país que nos
hemos trazado.
Durante meses hemos puesto en concreto la idea y el
propósito que hace años ha guiado nuestra actividad y la de muchos: la visión
de transformar a Caracas de la ciudad violenta que es hoy, a la ciudad
educadora que puede ser. Y más allá, hacer de la capital el ejemplo para todo
el país y para América Latina. Eso es posible lograrlo.
Por eso tenemos una propuesta educativa para todo el país,
enmarcada en el cambio que viene a partir del 7 de octubre. Los ejes
fundamentales de ese mapa de ruta son acceso a la educación, educación de
calidad y más y mejores escuelas. Sólo así podremos detener y revertir los
altos niveles de abandono escolar, por deserción, por expulsión de estudiantes
de un sistema que no está hecho para mantener a los niños y jóvenes en las
aulas de clase. Pero también, es el único camino para solventar problemas como
el embarazo precoz y la violencia juvenil, todos sustentados, entre otras
perversiones, en la deficiente infraestructura escolar, escasez de incentivos,
falla en la labor y formación docente y contenidos desactualizados y poco
conectados con la realidad social.
El embarazo precoz es uno de los principales factores que ha
generado una grave crisis social de violencia, hambre y miseria en Caracas y el
resto de Venezuela. Tenemos un problema estructural muy serio. A nivel
nacional, el 25% de los embarazos son de niñas y adolescentes que deberían de
estar estudiando. Esas niñas y adolescentes que son madres no están preparadas
para ofrecer un futuro de oportunidades a sus hijos y estos quedan en el
abandono. Desnutrición, falta de oportunidades, violencia. Es un problema
humano muy serio y que debemos hacerle frente.
La educación es el eje de desarrollo de todas las políticas
sociales que se implementarán en el país. Ya basta que nuestras niñas se estén
convirtiendo en madres antes de tiempo, que nuestros jóvenes lo estén
asesinando en las calles de Caracas y toda Venezuela. Tenemos una crisis de
mano de obra calificada y sobre esos graves problemas se inserta la agenda educadora
de transformación social que estamos proponiéndole al país.
También es necesario el acompañamiento a jóvenes madres que
les ofrezca oportunidades para el logro de un futuro mejor para sus hijos. Así
como es importante garantizar la educación para todos los niños y jóvenes,
brindar educación de calidad y el reimpulso de la profesión docente. La
transformación social inicia en la escuela, espacio que se convierte en el eje
integrador de las políticas sociales, del desarrollo social y humano de las
comunidades y en la palanca para alcanzar el progreso y el bienestar que
Caracas está buscando y que el país tiene enfrente en el corto plazo.
Debemos asegurar que el niño, el joven, el adulto, tengan
acceso a la formación. Llámese escuela, llámese espacio de formación
permanente, llámese liceo. El abismo que hay entre la escuela primaria y la
secundaria debemos cerrarlo con urgencia para eliminar el embudo que se
encuentran los niños de 13 años y que les cierra las puertas a continuar el
camino educativo y de futuro, para entregarse al de la violencia, de las bandas
delictivas, el camino de la muerte en la ruta a la cárcel o a la morgue.
El nuevo gobierno nacional tendrá como reto transformar la
grave crisis social de Venezuela, por un país de oportunidades para todos. Así
que nuestra lucha es generar un nuevo gobierno que transforme esa realidad
social de Caracas y de toda Venezuela. Cada puerta que toquemos, cada voto, es
un aporte para conseguir un mejor futuro para todos. Lo más importante es el
cambio del 7 de octubre, porque lo que está en juego es el futuro de toda una
generación.
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