jueves, 1 de agosto de 2013

Caracas a Lápiz #106: Otra oportunidad perdida

Se acabó el año escolar y muchas escuelas de los sectores populares del municipio Libertador en Caracas quedaron como empezaron: medio destruidas. Al inicio de cada año escolar la alcaldía de Caracas, el ministerio, el gobierno impuesto de Distrito Capital y cuanto gobiernero salga por ahí, anuncia con bombos y platillos que recuperarán los planteles, que los salones recibirán “un cariñito” (o un “cariñote” si exageran más), pero pasan los meses y los chamos terminan viendo clases en lugares poco aptos, algunos al borde del colapso.

En la escuela Nuevo Horizonte de Catia, por ejemplo, alumnos y maestros esperaron todo el año para que repararan las aulas, los pasillos, los techos y, especialmente, los baños. No ocurrió. El aprendizaje estuvo condicionado por la precariedad en los espacios. También ocurre en la Escuela República del Ecuador, en San Martín, donde el valor histórico y arquitectónico queda sepultado por la desidia de quienes son sus administradores.

Ricardo estudia en Catia. Cada día va a la escuela donde aprende los contenidos usuales de un niño de primaria. Pero sus preguntas suelen ir más allá: ¿por qué esta escuela está así de fea? Yomarli es alumna del plantel de San Martín. Hay días que prefiere no ir, especialmente cuando llueve, porque no quiere encharcarse ni sentir que está casi damnificada mientras tiene que mirar un pizarrón.

Esas no son condiciones dignas para estudiar. Pasó un año entero y se perdió la oportunidad de mejorar. Hacemos esta alerta porque de aquí a septiembre, cuando arranque el ciclo escolar 2013-2014, hay tiempo para no embolsillarse los dineros que deben invertirse en las escuelas y efectivamente usarlos para darle a nuestros muchachos condiciones dignas de educación. Ojalá este llamado no caiga en saco roto.


De todas maneras, sabemos que todo se termina, incluyendo el abandono gubernamental. A partir de 2014 Caracas comenzará su transformación hacia una Ciudad Educadora. Lo haremos junto al pueblo, con decisión y planes concretos, para que ni Ricardo ni Yomarli, ni ninguno de sus compañeros de clase, tenga que someterse a intentar aprender rodeados de miseria.


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